En la ciudad de Puebla se encuentra este museo que recapitula la historia del tren en México. ¡Visítalo!
A lo largo de los últimos 150 años, los ferrocarriles han participado en la formación y desarrollo del México moderno. Además de su enorme contribución económica y social, este medio de transporte ha generado un patrimonio histórico y cultural inseparable, parte ya de la memoria nacional. Este legado contiene manifestaciones materiales y no materiales de alto valor en el campo arquitectónico, se cuenta con un gran número de inmuebles ferroviarios –estaciones, talleres, puentes y túneles, entre otros– de indudables méritos; en el ámbito de la evolución industrial, existe un gran conjunto de vestigios, equipo rodante, maquinaria, documentos, etc., que dan cuenta de las transformaciones tecnológicas, mientras que en el terreno del arte, el ferrocarril es personaje central de un extenso conjunto de expresiones de pintura, música, literatura y cine.
Los esfuerzos por guardar y compartir la herencia cultural ferroviaria datan de varias décadas atrás. En 1973, cuando la estación de San Lázaro, en la Ciudad de México, dejó de funcionar, se pensó que ese era un buen lugar para fundar un museo, sin embargo, la idea no llegó a realizarse. Fue años después, el 5 de mayo de 1988, y en otro sitio, que abrió sus puertas el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, institución creada con el propósito de rescatar, estudiar y difundir la herencia y la evolución histórica, cultural y tecnológica de este medio de transporte.